Datos y cifras
• Cada día, más de un millón de personas de entre 15 y 49 años contrae una infección de transmisión sexual (ITS) que se puede curar, la mayoría de las cuales no causan síntomas.
• Según los cálculos, unos 374 millones de personas de esa franja de edad contrajeron en 2020 alguna de estas cuatro ITS: clamidiosis, gonorrea, sífilis y tricomoniasis. Se dispone de tratamientos para las cuatro enfermedades que permiten curarlas.
• Unos ocho millones de adultos de 15 a 49 años contrajeron sífilis en 2022.
• Se calcula que más de 500 millones de personas de 15 a 49 años tienen una infección genital por el virus del herpes simple. (1)
• La infección por el virus del papiloma humano está asociada a más de 311 000 muertes por cáncer de cuello uterino cada año. (2)
• Cerca de 1,1 millones de embarazadas tenían sífilis en 2022 que causaron complicaciones en más de 390 000 partos.
• Las ITS afectan directamente a la salud sexual y reproductiva y pueden dar lugar a estigmatización, esterilidad, cáncer y complicaciones del embarazo, además de aumentar el riesgo de infectarse por el VIH
• La farmacorresistencia constituye un obstáculo importante para reducir la carga de las ITS en el mundo.
Panorama general
• Se sabe que hay más de 30 bacterias, virus y parásitos que se transmiten por contacto sexual, incluido el contacto con la vagina, el ano y la boca. Algunas ITS también pueden transmitirse de la madre al hijo durante el embarazo, el parto y la lactancia. Hay ocho patógenos que dan lugar a la máxima incidencia de ITS. Cuatro de estas enfermedades tienen cura (a sífilis, la gonorrea, la clamidiosis y la tricomoniasis) y las otras cuatro son infecciones víricas: la hepatitis B, la infección por el virus del herpes simple, la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y la infección por el virus del papiloma humano.
• A ellas se suman los brotes emergentes de nuevas infecciones que pueden contraerse por contacto sexual, como la viruela símica, las infecciones por Shigella sonnei y Neisseria meningitidis, el ébola y el zika, así como la reaparición de ITS desatendidas como el linfogranuloma venéreo. Es de prever que los servicios de prevención y control de las ITS tendrán que enfrentarse a nuevos problemas para hacer frente a estas infecciones.
Prevención de las ITS
• Cuando se usan correcta y sistemáticamente, los preservativos son uno de los métodos de protección más eficaces contra las ITS, incluida la infección por el VIH. Sin embargo, a pesar de su eficacia no protegen frente a las ITS que causan úlceras en zonas distintas de los genitales (como la sífilis y el herpes genital). Cuando sea posible, debe utilizarse un preservativo en toda actividad sexual vaginal y anal.
• Hay vacunas inocuas y muy eficaces para prevenir la hepatitis B y la infección por el virus del papiloma humano que han supuesto importantes avances profilácticos contra estas dos ITS víricas. A finales de 2023, la vacuna contra el virus del papiloma humano se había incorporado a los programas de vacunación sistemática en 140 países, principalmente de ingresos altos y medianos. Para eliminar el cáncer de cuello uterino como problema de salud pública a escala mundial, de aquí a 2030 deben alcanzarse los objetivos de alta cobertura en la vacunación contra el virus del papiloma humano, la detección y el tratamiento de las lesiones precancerosas y el tratamiento del cáncer, y mantenerse en ese alto nivel durante decenios.
• En cuanto a las vacunas contra el herpes genital, la investigación está avanzada y se están empezando a realizar estudios clínicos con varias vacunas experimentales. Por otro lado, cada vez hay más evidencias que indican que la vacuna para prevenir la meningitis (MenB) confiere protección cruzada contra la gonorrea. Hay que seguir investigando para obtener vacunas contra la clamidiosis, la gonorrea, la sífilis y la tricomoniasis.
• Hay otras intervenciones biomédicas para prevenir algunas ITS, como la circuncisión médica masculina voluntaria en el adulto, el empleo de microbicidas y el tratamiento de la pareja. Se están efectuando ensayos para evaluar el beneficio de la profilaxis anterior y posterior a la exposición en relación con las ITS y su seguridad teniendo en cuenta la posibilidad de inducir resistencias a los antimicrobianos.